CRÍTIKA CINE - Banderas para que se
limpien el culo nuestros padres
(Título: Copyright © Gilead 2007. All Rights Reserved)
limpien el culo nuestros padres
(Título: Copyright © Gilead 2007. All Rights Reserved)
Dirección: Clint Eastwood
Género: Bélico
Duración: 132 min.
Fecha de estreno en España: 3 Enero 2007.
Vamos a contar una de la IIª Guerra Mundial. Pero esta vez sin alemanes de por medio, sino japoneses. Con este planteamiento el antes actor y ahora director Clint Eastwood nos presenta dos títulos que tratan el mismo hecho desde puntos de vista diferentes (el americano y el japonés) y que se estrenan con un mes de diferencia, aproximadamente: Banderas de nuestros padres y Cartas desde Iwo Jima. Ahora, pues, toca la crítica del “primer asalto”.
En el caso de Banderas de nuestros padres, la historia gira alrededor de la conquista americana de la isla japonesa de Iwo Jima, situada en el Pacífico, y que es un fortín para su ejército; y, concretamente, se centra la atención en el episodio del levantamiento de una bandera norteamericana en el monte Suribachi, tras la práctica, que no total, conquista de la isla. El hecho es que se fotografía el momento del izado de la bandera (paradójicamente, la segunda en colocarse) y la imágen da la vuelta al mundo, y los políticos rápidamente encuentran en ella un filón para recaudar más fondos para la guerra, porque los americanos ya andan más tiesos que la mojama.
La película, pues, tiene 2 partes claramente diferenciadas: la parte bélica en sentido estricto, y la parte que gira alrededor de ese concreto episodio y sus protagonistas, ambas con un trasfondo documental, y que se van mezclando a lo largo de la película con continuos flashbacks.
Ocurre que los primeros momentos de película se centran en el lo bélico, y el realismo de la batalla hace que uno no pueda más que quedarse impresionado. Pero después llega el momento de pasar a la promoción del episodio de la banderita, y si bien no empieza nada mal (con detalles muy buenos como el del pastel bañado en una mermelada que parece sangre), poco a poco se va deshinchando el globo, porque se alarga con episodios chorras que no aportan ya nada (en todo caso, empezar a aburrir al personal), y ni siquiera cuando vuelven a la parte bélica ésta parece tan conseguida, cayendo en las típicas muertes de guerra (vamos, el soldado que dice estar como una rosa después de haberle dejado como un colador, y a los dos segundos estira la pata). Lo mismo pasa cuando, ya hacia al final, se centran en el trasfondo documental de toda la historia, que resulta también muy típico (o sea, lacrimógeno). A todo lo cual se ha de critikar el uso abusivo que se hace de los flashbacks, aturdiendo sobremanera. Total, que calculamos que con hora y media pasadita, la historia se contaba tranquilamente y todo lo demás era perfectamente desechable.
Resumiendo: un balón que se va deshinchando y que acaba dejando un sabor amargo, de aquello que pudo haber sido y no fue (en este caso, un peliculón), y al que no nos tenía acostumbrados Clint Eastwood, después de maravillas como Million Dollar Baby y Mystic River. Sin embargo, mantenemos la esperanza de que con Cartas desde Iwo Jima el error quede subsanado.
Lo bueno: la parte bélica en sentido estricto. Nada que envidiar a obras maestras del género como La Delgada Línea Roja o Salvar al Soldado Ryan.
Lo feo: la sensación de bajón tras un comienzo tan espectacular y prometedor. Personalmente, es algo que odio, porque me crea falsas expectativas.
Lo malo: nuevamente, el público mayor de 65 años, que no paró de dar la lata con sus comentarios a los que nadie importa. Ya adelanto que desde este blog vamos a iniciar una campaña para que los mayores de esa edad no puedan acceder al cine sin un acompañante de entre 18 y 55 años, para que los controlen debidamente y les suministren sedantes, llegados el caso.
Abstenerse… Aquellos que hayan visto los anteriores trabajos de Eastwood y vayan con el listón muy alto.
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