jueves, 24 de mayo de 2007

CRÍTIKA CINE - Poesía visual que se entiende


LA FUENTE DE LA VIDA (THE FOUNTAIN)
Dirección: Darren Aranofsky
Género: Drama
Duración: 96 min.
Fecha de estreno en España:
27 Abril 2007


Suele pasar que las mejores cosas, aquellas que más nos acaban impactando, no están expuestas al público mayoritario. A menudo grandes películas quedan a la sombra de títulos mucho más palomiteros, acogidos por grandes centros comerciales que les dedican más de una sala. Pero para ello está la virtud de dilucidar qué películas anteponer y hacer el esfuerzo de buscarlas allá donde se proyecten. El resultado fue inmejorable.

Bajo la dirección y guión de Darren Aronofsky (director y guionista de otros dos títulos imprescindibles: Réquiem por un sueño y Pi: Fe en el caos), La fuente de la vida (The fountain) es, toda ella, una metáfora sobre la vida. La desesperación de un hombre por salvar a su esposa de un tumor cerebral es el punto de partida de esta obra maestra en el fondo y en la forma (particularmente impactante es el símil entre la extensión de la sangre en un mapa y el avance de la enfermedad), a lo cual, por si fuera poco, se ha de añadir una banda sonora sensacional.

No obstante, si algo es especialmente acertado en La fuente de la vida es que la historia es redonda. Si bien es cierto que tiene un comienzo algo confuso, a medida que avanza la trama se clarifican los mundos paralelos en que ésta tiene lugar. No es fácil hablar de ello sin haberla visto, pero una cosa es segura: el espectador no se pierde más allá de la mitad del film, promesa.

De hecho, es ante cosas tan bien explicadas que recuerdas a Lynch y piensas: ¿¿acaso no podría hacer lo mismo ese buen hombre?? Es necesario que sus “metáforas” (por llamarlas de alguna manera) consistan en enanos que no pintan nada y en gente con orejeras de burro llorando?? Todo el mundo lo piensa, pero sólo unos pocos lo decimos (Greenpanther calla, misteriosamente). A ver si se anima más gente a decir claramente que sus pelis son una puñetera farsa…

Sólo añadir una cosa más, que es de justicia: creo que nos encontramos ante el film que consagra definitivamente a Hugh Jackman como uno de los grandes del panorama actual. Ya me pareció que se salía con El Truco Final: El prestigio, pero en esta película llega al cénit.

Después de todo lo dicho, está claro: una de los mejores films del año.


Lo bueno: absolutamente todo, y a partes iguales (trama, montaje, interpretación, banda sonora…).

Lo feo: la sala donde la vimos, que parecía especialmente diseñada para ser incómoda a la vista (y si no lo creen, hagan una visita cultural a la sala 3 del cine Comedia de Barcelona).

Lo malo: el público que entra 15 minutos tarde y que, haciendo gala de su discreción, se planta en medio del pasillo para no perder el hilo de la película.


Recomendada para… Disfrutar mientras te tocan la fibra sensible.

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