Gona
Este es un retrato conmovedor y amargo a la vez de la realidad. El cine de la vida, amigos. Y al derivar de la vida, es necesario saber de ello y hablar con propiedad.
El guión de Vete de mi, es autentico. Es decir, ke me lo creo.
Me meto en cada uno de los personajes y comprendo cada escena.
Trata sobre la eterna adolescencia, esa estúpida etapa ke desespera a todo progenitor. Pero también del perdurable egoísmo del ser humano.
El egoísmo ke muchas veces nos pierde.
La cinta nos regala dos interpretaciones inconmensurables.
La del padre funesto, despegado e impulsivo, representado por el grandísimo Juan Diego. Y la del hijo, ke a estado siempre viviendo con su madre y de su madre y ke su objetivo en la vida es no intentar trabajar. Ke con treintaitantos años sigue actuando como un auténtico parásito. Inventándose excusas, probando distintas profesiones y posibles estudios.
Todo da lugar una noche, tras una pelea con su madre (la grandilocuente Rosa Mª Sardà, ke solo sale en una secuencia en la cual se lia un porro de chocolate como nadie..) y presentándose a las tantas en casa de su padre a intentar seguir viviendo sin dar palo al agua.
La mala leche, el sarcasmo, la piedad… se apodera de las situaciónes y nos enseña lo burro ke podemos llegar a ser cuando se trata de la auto satisfacción.
La película esta llevada a cuestas por Juan Diego ke suelta prendas como akella en la ke sentado frente a frente en un restaurante le dice al hijo: “ se que no estas estudiando derecho… por otro lado me da igual.. como si eres Tuno o vas a la facultad a estudiar pollas en vinagre… me importa un carajo” ya solo por esto amortiza su actual galardón del Goya al mejor actor. O cuando lo ve jugando a la play en el salón de su casa: “tiene cojones… a su edad, jugando a los marcianitos…”
Un guión difícil de dirigir, ya ke todo es a base de miradas, gestos y pekeños matices ke resulta impresionante. Atrevimiento por parte de Víctor García León, por hacer una película sobre su propia generación y ponerse a sí mismo a caldo.
·Lo bueno: La lucidez de los diálogos, el cara a cara interpretativo entre Juan Diego y Juan Diego Botto y el echo de ke acabe la película y kieras mas.
·Lo feo: Para mi gusto, el giro tan drástico al final. Pero ke resulta ser el verdadero reflejo entre padre e hijo.
·Lo malo: Nuevamente, el desastroso sonido (ke no la dicción de Juan Diego) ke obliga a afinar el oído. Al microfonista se le olvidó sacar el canon de la puta bolsa…??
Recomendada para… los ke aprecian una historia verdadera.