CRÍTIKA CINE - Llámale déjà vu, llámale viajes en el tiempo, viene a ser la misma patraña
DÈJÁ VU
Dirección: Tony Scott
Género: Thriller
Duración: 110 min.
Fecha de estreno en España: 1 Diciembre 2006
(ATENCIÓN SPOILERS)
Dèjá vu nos cuenta la historia (o la patraña) de un atentado en la ciudad de Nueva Orleáns (la explosión de una bomba en un ferri). En relación con este atentado muere una chica, y el agente de la ATF Doug Carlin (Denzel Washington) se compromete a dar caza al causante de la masacre para aliviar el sufrimiento del padre de la chica muerta. Tras algunas investigaciones Doug entra en un equipo, al frente del cual está Val Kilmer, que experimenta con un sistema para poder viajar en el tiempo y, posiblemente, cambiar el destino (por tanto, poder evitar el atentado).
La película se desarrolla con normalidad hasta que se descubre este pastel. Es en ese momento cuando se produce un bajón del que ya no puede salir (el hoyo ya es demasiado profundo), y así va pasando el tiempo, hasta acabar sin pena ni gloria. Y son muchos los puntos que hacen que una película que promete, teniendo en cuenta quién la protagoniza, acabe siendo una castaña de categoría.
Se pueden enumerar las pifias. 1) El film nada tiene que ver con el fenómeno del déjà vu, sino más bien con los viajes en el tiempo (sólo en el trailer se atendió a esto). 2) El personaje de Val Kilmer es absolutamente no creíble: se supone que está metido en todo el ajo y después parece ser que no tiene ni idea de cómo funciona todo ¿quién se come eso? 3) Se repiten topicazos tanto en el malo maloso de la trama, que es de lo más chusquero (el rollito de intento de marine, con problemas psicológicos, que se quiere vengar del Gobierno y que pronuncia discursitos sobre la patria y el espíritu ya cansa), como en los científicos del proyecto, con lo del “cerebrito gracioso” (aunque en este caso no hacen ni puta gracia). 4) La película cuenta con episodios absurdos, de relleno, dentro de la propia historia, como la persecución de Doug “del pasado”, porque nada arregla y va provocando accidentes de tráfico –al final matará más gente que el terrorista y todo–. 5) Todas las tecnologías del sistema contrastan con el “avanzado” equipamiento de Doug (un casco de plástico y una mochila con un walkie talkie pegado y una antena con una punta rosa): la única explicación racional a esto es que se gastaron todo el presupuesto en las explosiones y tuvieron que vestir a Denzel con el atrezzo con telarañas de Los Cazafantasmas. 6) La entrada triunfal de Denzel en una cabaña al rescate de la chica (menos mal que la quiere rescatar, porque más bien parece que quiera atropellarla con resultado de muerte). 7) El salto final de la fémina “a lo matrix” (ahí ya un servidor quedó tocado y hundido). Y así otras de las que mejor no acordarse…
El resultado de todo ello es un film que queda muy lejos de la mítica Doce Monos, con una trama mucho mejor ligada y sin necesidad de grandes efectos especiales. Incluso otros títulos de temática parecida, como El efecto mariposa o Frequency, la superan con creces.
Lo bueno: los efectos especiales. También es bueno el “momento hucha” cuando uno de los polis se agacha (por desgracia, fue la única gracia de la película...).
Lo feo: la mala imagen que se llevan el director de la película, Tony Scott (patinó con Domino y con Déjà vu se ha dado de bruces), y su actor principal, Denzel Washington (del pobre Val Kilmer no hace falta decir nada, está desahuciado desde hace años).
Lo malo: la cantidad de pifias de la película y el recuerdo final en memoria de las víctimas del Katrina (menudo detallito).
Abstenerse… Aquellos que quieran emplear mejor 7 euros.
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